Podéis llamarme pelotilla, si queréis, pero me siento muy en deuda con él. El taller mencionado, me ha regalado una perspectiva nueva, otro modo de entender, analizar y ver el cine. La creatividad no está sola. Imaginar el acabado de un plano, o de una escena, con sus colores, su perspectiva, sus decorados, los movimientos de actores, el vestuario, los efectos, buscar las localizaciones precisas, originales, transformar estas con la imaginación, dotarlas de vida, integrarlas en la historia, forma parte del buen trabajo de tres directores: Arte, Fotografía y Actores. La creatividad no está sola. Amo el cine.
He recorrido numerosas escuelas a largo de mi azarosa existencia. En todas ocurre lo mismo: todos peleamos contra todos. Parezca que los sueños de (h)unos riñan con los de (h)otros. La competencia es feroz. Cada uno busca la gloria, de manera exclusivamente individual. No me excluyo. Los profesores forman grupos sin tener en cuenta las sinergias que se derivan de estos. Al final, siempre hay lío. No me excluyo, repito. Cerca ya de los cuarenta, me siento, entre tanto joven prometedor, casi una reliquia. Continúo embistiendo, no obstante. ¿Recordáis a Jhon Voight, subido al techo de su 'Tren del Infierno', con los brazos en cruz, sabiendo que cuando acaben los raíles, le espera la muerte?; ¿O a Frodo Bolsón, torturado por su propio Destino, atravesando las mefíticas tierras de 'Mordor'...? Pues así. Cada día es un reto. ¿De qué tendremos clase mañana?...
Jorge Arellano
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