Todo comenzó con una idea que para todos era novedosa en el centro, y pensé que era el momento justo para ponerlo en marcha, pero su dificultad desde el punto de vista de producción, lo complicaba todo. Por suerte apareció la persona exacta en el momento exacto para aportar su granito de arena: “Se puede hacer y se va a hacer, para nosotros no hay nada imposible” dijo. Gracias Gonzalo.
A partir de ahí, todo fue sobre ruedas. Ambos nos embarcamos en una aventura que nos ha traído de cabeza los últimos meses, siendo sinceros. Pero que fuese como fuese, no nos borraría la sonrisa de la cara, ni nos haría perder la ilusión.
Llegó la semana del rodaje (aquella semana tan lejana) y todo fue un caos: alumnos por todas partes, gritando, corriendo, cantando, “¡yo quiero disfrazarme de tiburón!”, “¡nosotros 3 de pollos!” “¡ya pero no hay tantos disfraces!”, “¡yo si no salgo con mi amiga me voy!”…. Lo que os decía, un caos. Un caos que conseguimos ordenar (gracias Amelia) y del que aprendimos para coordinar los demás días de rodaje.
Por supuesto, nada de esto habría sido posible sin la ayuda de nuestros compañeros de clase. Desde un principio sabíamos que solo remando todos en una única dirección seríamos capaces de asumir nuestro objetivo: ¡GRACIAS CHICOS!
Han sido semanas de mucho esfuerzo, muchas emociones e imprevistos que nos han enseñado lo bueno y lo malo de nuestra profesión, pero el resultado ha valido la pena.
GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR Y HACER DE NUESTRA ILUSIÓN UNA REALIDAD.
Nuria Chinchilla Navarro
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