Crítica cinematográfica de la película "El Topo"

La guerra fría, en el cine, permanece caliente. La guerra fría ha sido y es objeto de estudio e inspiración para muchos escritores. Entre ellos está, Jhon Le Carré, autor de 'La Casa Rusia'. Le Carré, al igual que sus homónimos Frederick Forsyth o Robert Ludlum, es un especialista en el género. Sus historias sobre espías llevan muchos años adaptándose al cine. Historias siempre llenas de emoción, acción e intriga hasta el final. Los bloques democrático y comunista, en conflicto, años setenta, es el telón de fondo y en el centro del escenario, se juega una siniestra partida de ajedrez.

El elenco de actores es formidable, encabezado por el carismático, aunque a veces histriónico, Gary Oldman. Podemos encontrar también al veteranísimo Jhon Hurt ('El Hombre Elefante) o al recientemente oscarizado Colin Firth ('El Discurso del Rey'), entre otros. La dirección corre a cargo del sueco Tomas Alfredson. Este director, que ya sorprendió con ('Dejame Entrar'), logra, apoyado por la fabulosa dirección artística, fotográfica y de maquillaje, transportarnos a la década de los setenta, y convencernos de que, entre las filas del servicio de inteligencia británico, se oculta un topo, un espía ruso.

Es una película de género muy pura, siguiendo un poco el estilo precedente de: 'El Cuarto Protocolo', 'Enigma' o 'Scorpio'. El director mantiene entre plano y plano, un ritmo de montaje lento. Da a sus actores primeros planos y nos deja a nosotros, el tiempo necesario, para poder anticipar la siguiente jugada. Toda película de suspense, es un puzzle, un, usualmente, bonito ejercicio de rompecabezas. Esta no es la excepción. Aunque recuerdo los tonos negros, marrones o rojos, la película es fría, como el nombre de la aquella guerra, que terminó con la caída del muro de Berlín. Ganen la partida, amigos, y disfrútenla.  

Jorge Arellano

Alumno del curso de Dirección de Cine en la Escuela CEV