martes, 24 de enero de 2012

Crítica cinematográfica de "La Dama de Hierro"



La Dama de Hierro' es un biopic protagonizado magistralmente por Meryl Streep, que, probablemente, se llevará su tercer Óscar. Hay actrices (y actores) que orbitan más cerca del sol que otros, sin derretirse. Si antaño volaron alto Kateherine Hepburn, que tiene el record de premios, o Ingrid Bergman, hogaño lo hace Meryl Streep, que se cuela en el personaje de la Tatcher, con tanta exactitud, que uno olvida, en la sala de cine, cual es cual. No es frecuente que ocurra esta extraña simbiosis. No todos los que se dedican al difícil arte de la representación, lo consiguen, alguna vez, a lo largo de sus carreras. La Streep, lo consigue casi siempre. Por eso, digo yo, ostenta el record de nominaciones de la academia (dieciséis), y ha ganado ya, (uno como secundaria y otro como principal), dos bruñidos y flamantes Óscars.

La película se mueve en dos líneas, una que va hacia delante, en presente, con Margaret Tatcher ya viejecita, acosada por el tiempo y el olvido, y otra que, retrocediendo al pasado, nos muestra los momentos que definen un carácter, una vocación, una vida. 'La Dama de Hierro' no es sólo el retrato de un político conservador, firme y práctico (esto último deberían serlo todos, ay), sino también, el de una esposa leal, una madre entregada y una mujer valiente y transgresora.
Margaret Tatcher comienza su andadura política a contra corriente, como el salmón. Los políticos anglosajones del último tercio del siglo veinte, seguían siendo en exceso machistas, clasistas, débiles y monocromos. Margaret Tatcher se cuela entre ellos como un rayo de sol en una nube oscura, y revoluciona el cielo.

No es ni será la última biografía que el cine lleve a sus pantallas. Genios de la pintura, políticos, científicos, militares, estrellas del rock; muchos han sido los nombres que, por unas razones u otras, han pasado al imaginario cinematográfico colectivo. Esta vez era el turno del mejor político inglés, probablemente, desde Churchill. Alguno quizá, me quiera pegar por lo que acabo de decir, pero, una mujer que desafía al IRA, a los sindicatos, a los sátrapas argentinos de 'Las Malvinas', a los políticos mediocres y utilitaristas, al propio Estado, sacando de sus garras a la empresa pública, merecía un film, ¿no?. La película, está bien contada; los flashbacks, aunque son largos, no son tediosos; la composición y la fotografía, impecables; las interpretaciones, soberbias... ¿Qué más se le puede pedir a la 'Dama de Hierro'?.

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