'Star Wars' vuelve a los cines, como cada poco tiempo. Sin duda es una de las sagas más rentables de toda la historia del cine. Muy pocos a lo largo del ancho mundo podrán decir que no la conocen, que no saben quiénes son Luke Skywalker, Chewbacca, Darth Vader o la princesa Leia. Cualquier avance tecnológico, impulsa a los creadores de esta epopeya inmortal para volver a venderla. Es el turno del episodio I. Los caballeros Jedi, guardianes de la paz y el orden galáctico, tratan de averiguar quién está detrás de un oscuro complot, que pretende terminar con la república. Por el camino, encuentran a un jovencísimo guerrero, destinado a convertirse en tirano primero, y salvador del universo después. Se trata del chico elegido, personaje recurrente, entre otros muchos, en este tipo de historias, que se remontan más allá de los tiempos de Homero.
No voy a hablar mucho de la peli, que la habréis visto todos, amiguitos, pues el 3D, nos es más que una anécdota. La película no ha sido rodada, ni pensada en este formato, sino postproducida, adaptada a él. Nada tiene que ver con 'Avatar' o 'La Invención de Hugo'. En común tienen que son obras de ficción... Dirigidas por tres maestros de maestros Jedi.
Me interesa más, si cabe, el creador de este film, bastante decepcionante si lo comparamos con el resto de sus secuelas. George Lucas, al que por visionario tengo, ha depositado un legado perenne que los nuevos realizadores debemos estudiar, digerir y ampliar. A sí mismo, él, Lucas, pasó dos años estudiando el origen de los mitos, hasta que dio con sus personajes, el contexto, la estructura, la trama y la forma más propia de expresarla. Sci-fi, aventuras, acción, samuráis, referencias a grandes clásicos, historia, mito, política, ópera, y más y más se conjugan de manera perfecta. Que la Fuerza le bendiga, Mr. Lucas.
Jorge Arellano
No hay comentarios:
Publicar un comentario