Es mucho más difícil hacer llorar, que reír. Tratando de sacar algo positivo de la peli que ví ayer, me adjunto a este estribillo. 'Infiltrados en Clase', es un espéctaculo naïf, cocinado en las mientes de algún energúmeno. No obstante, reconozco, tiene momentos hilarantes, como el despropósito de viaje pseudolisérgico de los protagonistas o la persecución de coches, riéndose vagamente de todos los clichés que proponen este tipo de secuencias, con Jonah Hill disfrazado de Peter Pan y Channing Tatum de no se sabe muy bien qué. Dirige el despropósito Philip Lord/Chris Miller ('LLuvia de Albóndigas').
El guión combina la comedia estudiantil, en la línea de los 'American Pie', con el suspense policíaco y la buddy movie o película de colegas. Dos pringaos que no saben hacer la o con un canuto, policías, reciben la misión de infiltrarse en un instituto, con el objeto de llegar hasta el dealer supremo, que está pasando una nueva sustancia, adictiva, alucinógena, letal, a los estudiantes. Para lograrlo, no dudan en acercarse a todas las tribus, desde los más frikis hasta los más pijos, pasando por los profesores, que parecen, últimamente, los más colgados de todos ('Bad Teacher'). Y por supuesto, no dejan de cagarla.
Hace pocos años, una película, 'Supersalidos', marca, a mi juicio, lo que llamo un 'silencioso precedente'. Mi generación, bebió de las fuentes de 'Despedida de Soltero', 'Porky´s' o 'El Pelotón Chiflado'. El lenguaje amoral, obsceno, que tanto nos ha hecho reír, se convierte ahora, en el lenguaje de los adolescentes. En las películas que he mencionado, hablaban chocarreramente, tipos (personajes), que estaban a punto de casarse, se iban al ejército (aunque fuera sólo por pasárselo en grande) o a la universidad. Ahora ese lenguaje pertenece también a los chicos de secundaria, y es que aquí el que no corre..., ya sabéis.
Jorge Arellano
No hay comentarios:
Publicar un comentario