martes, 6 de mayo de 2014

Línea crítica: Solo Dios perdona, de Nicolas Winding Refn

En su sección Línea crítica, el alumno crítico del CEV ofrece un interesante punto de vista sobre el film de 2013 Solo Dios perdona, del director Nicolas Winding Refn, con su actor fetiche, Ryan Gosling.

 
Nicolas Winding Refn (Pusher, Drive) es uno de los máximos exponentes del denominado cine Neo-noir. Recuerdo que, por casualidad, vi su primera película en los cines de arte y ensayo. Pusher causó un efecto hipnótico, desolador, demoledor en mí. Un viaje a las cloacas de la condición humana, situada en los bajos fondos de Copenhague. En su nuevo trabajo, Solo Dios perdona, cuenta con la inestimable presencia de su actor fetiche, Ryan Gosling, que interpreta a Julian, un narcotraficante huido de la justicia estadounidense, y que dirige un club de Muay Thai en Bangkok, sirviéndose de él como tapadera de sus turbios negocios.

El hermano de Julian, Billy, es un pervertido sexual, ultraviolento, que una noche asesina a una prostituta a sangre fría. Entonces entran en acción las fuerzas del orden, personificadas en un implacable policía (Vithaya Pansringarm), depositario de un estricto y ancestral código militar y de honor. La madre de Julian (Kristin Scott Thomas) viaja a Bangkok con la intención de liquidar a todas las personas relacionadas con el asesinato de su hijo menor, Billy, la misma noche en la que acabó con la vida de la chica. Julian quedará atrapado entre los deseos de venganza de su madre, directamente relacionada con su tortuoso pasado, y la búsqueda de un nuevo camino. Una brutal y sofocante historia, relacionada con la idea del Destino. No por casualidad, el director se la dedica a su mentor espiritual, Alejandro Jodorowski, al final.
 
Solo dios perdona es un espectáculo para un público minoritario, culto, de miras abiertas. Una historia que confronta y mezcla, tanto en el fondo como en la forma, las narraciones orientales y occidentales. Winding Refn hace un uso del ritmo, la violencia, la caracterización, propio de la cultura asiática. Podemos encontrar referencias al Zen, el teatro Noh japonés, en la economía gestual y de diálogo, o la austeridad decorativa. Kurosawa, Ozu, Park chan-wook, Lynch, el cine americano de género (negro), el psicodrama, entre otros, podemos encontrar perfectamente integrados en esta magnífica película. Líneas verticales y horizontales para encorsetar las acciones, predominio de los espacios cerrados y opresivos, marcado contraste entre luces y sombras, utilización del color como elemento narrativo, atmósfera onírica, y lírica, imágenes simbólicas, como la del protagonista introduciendo sus manos en los intestinos de la madre, reproduciendo así, metafóricamente, el regreso a casa del héroe (o mejor, el antihéroe). Una maravilla.
 
Jorge Arellano
Alumno de Cine del CEV


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