El director James Toback (Un hombre para dos, Tyson) nos introduce, junto a Alec Baldwin, en el contradictorio mundo del cine, a través del documental Seducidos y Abandonados, filmado durante la 65ª edición del festival de Cannes. Glamour, arte, negocio, se dan cita en este singular trabajo, que cuenta con la colaboración y el testimonio (impagables) de auténticos genios, como Roman Polanski, Ryan Gosling, Francis Coppola, Martin Scorsese, Jessica Chastain, Bernardo Bertolucci o James Caan.
Comienza con una cita de Orson Welles, que hace, si me permiten, las veces de un genérico: "me he pasado el 95% de mi vida buscando el dinero para financiar mis películas, y un 5% haciéndolas". Y resulta que a todos les ha ocurrido algo parecido. Toback y Baldwin se presentan en el festival con la idea de vender un proyecto, tal vez ficticio, a los inversores mundiales de cine. Su guion, cuentan, se desarrollaría en Irak, tendría un trasfondo dramático y mucho sexo. Neve Campbell seorría la protagonista femenina. Toback y Baldwin son conscientes en todo momento de que conseguir la financiación con sus nombres, en la actualidad, para un proyecto de tales características, es una quimera. Se entrevistan con peces gordos de muchos países que, como mucho, les dan un 10% aproximadamente de lo que piden: 40 o 50 millones de dólares. Sólo obtendrían esa cantidad, si contrataran a estrellas jóvenes, que están de moda. Y acuden a dos de los más solicitados ahora.
Ryan Gosling y Jessica Chastain escuchan su propuesta, medio en serio, medio en broma. James Caan por su parte, ejemplifica en sus comentarios la vieja gloria a la que nadie llama nunca, para nada ya en Hollywood. Y amiguitos, es duro, y da pena ver a un actor al que los buenos cinéfilos llevamos muy dentro, en esa tesitura. Los directores hablan de los problemas a los que se enfentan y hacen una revisión de la política actual de las majors. Nadie arriesga nada en este momento. Coppola llega a asegurar que las películas que lleva dentro del corazón, las que le gustaría hacer, jamás se verán, porque no ha podido rodarlas: ni siquiera el éxito de los padrinos le dio la necesaria libertad de crédito. ¡Tiró, incluso, sus Oscars a la calle! Corazonada o Apocalypse Now, salieron de su bolsillo.
Scorsese nos habla de un pasado, de una década de oro, por los setenta, donde productores visionarios apostaban por su talento y por cualquier proyecto que quisiera realizar. Ese tipo de productores, en palabras de uno de los entrevistados, ya no existen. Hoy, sentencia el realizador italoamericano, nadie en Hollywood estaría interesado en producir Taxi Driver o Toro salvaje. Ni siquiera los actores se salvan. Bertolucci habla sobre Marlon Brando. Antes la gente iba a ver a tal o cual actor. Hoy son moneda de cambio. Las actrices jóvenes son conscientes de que su carrera será más breve, incluso, que la de la mayoría de los varones. Amiguitos, insisto, un testimonio impagable.
Jorge Arellano
Alumno de Cine del CEV
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