La película de Pablo Bergel, con 18 nominaciones, se postula como la gran triunfadora de los Goya, este año 2013. Rodada en blanco y negro, adaptando, de modo muy personal, el mítico cuento de los hermanos Grimm. Sus creadores nos juran que, la idea de homenajear el cine mudo, precede a 'The Artist', y no sale a rebufo de su éxito. Hace varias décadas, ocurrió algo semejante con el 'Valmont' de Milos Forman, y 'Las Amistades Peligrosas'. Ambas tenían en común el libro escrito por Pierre Choderlos de Laclos. El gato al agua se lo llevó la segunda, estrenada antes. Y mejor, sin duda, que su prima hermana.
La película, alejándonos un poco de la trama, que nos la sabemos, hace un alarde manifiesto de composición. Composición actoral, de cámara o de dirección artística, sin ir más lejos. Maribel Verdú, Macarena García, y en general, todos los secundarios, entre los que destacan Angela Molina, Daniel Giménez Cacho y Ramón Barea, consiguen una interpretación soberbia. La película bebe claramente del cine expresionista alemán. Voy a decir algo, ay, que me puede traer enemigos. Pero creo que robarle la voz a Maribel Verdú, dejando que sus enormes ojos, y su expresión, con emoción, lleven la batuta, es un acierto importante. Hubo actores y actrices, que perdieron a su público, en la transición del cine mudo al sonoro. El público les había asignado una voz propia. Y se sintieron defraudados al perderla. Aquí, parece que ocurre a la inversa, con la Verdú.
Sinceramente, no pienso que sea una obra maestra, como dicen, sólo, una buena película, muy interesante. Pero lo que no se puede negar, es que tenemos genios, en este país. Genios preocupados por dejar un bello legado artístico, un destello, un nombre. España maltrata, maltrató siempre a sus élites. El autor de 'Torremolinos 73', si le dejan, llegará muy, muy alto.
Jorge Arellano
Alumno del Curso de Dirección de Cine
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