Pedir subvenciones para pelis así, es un atraco a mano armada. Son mejores las astracanadas rodadas en super 8 por Sam Raimi o Peter jackson, que 'Fin', de Jorge Torregrossa. Y encima estuvo nominada al mejor guión adaptado, en el último circo de los Goya. Toma castaña... pilonga. Vamos a meter 'soluciones de puesta en escena' de otras películas, vamos a ser un poquito pedantes, vamos a jugar a ser 'crípticos', a meter a los personajes por el embudo de sus propios culos, algo de acción inocua y, tachán.
'Es que vaya con el cine español', resoplan en la calle. No es para menos. En las películas que describen uno de los muchos posibles 'fines del mundo', al menos, la aventura no da tregua. Viajamos a lugares emblemáticos del mundo, los cielos se oscurecen, la perversión humana se multiplica por mil o aparecen las máximas bondades. Los presidentes sufren, vemos meteoritos colosales, subimos a los cráteres de volcanes rabiosos, la tecnología extraterrestre nos reduce a cenizas, la radiactividad nos consume...
El fin del mundo que protagonizan la Verdú, Clara Lago, cía y cía, es silencioso, aburrido, incongruente, clonado, tonto. Son todos los fines en uno sólo. Y todos los ha patentado ya otro autor. La tierra media se hunde en la niebla tenebrosa y sus héroes de pacotilla caminan y hablan por los chiringuitos de 'la pedriza'... Tela. Mal. Muy Mal. Y al final, un león, (¿de dónde sale?), va y se traga a la prota. Y el mar aparece detrás de unos arbustos. Y la otra se mata en bici o se desintegra o a quién le importa. 'FIN'.
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