Afortunadamente aún quedan, en Madrid, cines donde las películas duran más de una semana, e incluso tres, de estreno. Son cines pequeños, normalmente, que encierran, como reza el dicho, las mejores esencias. O un 'tessoro', como en este caso. Cuando era más joven, aprendí a colarme. Sí. -Qué gorrón-, pensaréis. No; no entraba furtivamente por la puerta de atrás: trababa amistad con los porteros, los encargados, los proyeccionistas... A veces, incluso, trabajaba para ellos y veía todas las películas gratis, una detrás de otra. Algunas veces, incluso, empezaba en la sesión de las seis y volvía a casa pasada la medianoche, convertido en un vampiro (cinéfago), parecido al que da vida Jhonny Deep, en su última peli.
'SOMBRAS TENEBROSAS', de Tim Burton. Tim Burton es, indiscutiblemente, un Genio. A los pocos años de edad, refractario a cualquier tema que propusieran en la escuela, dibujaba tiras de cómic; las horas pueden hacerse muy largas en la escuela. Aquello le sirvió para, años más tarde, formar parte de la Disney. Allí surgieron sus primeros trabajos serios. de hecho, dentro de poco, aparecerá en la gran pantalla, un remake extendido del corto 'Frankenweenie', que rodó allí.
Burton tiene una relación especial con la sombra. Sus personajes suelen ser bastante sombríos, si los comparamos con los de otros autores más populares. Acordaos si no del ultrasensible Eduardo Manostijeras, del repugnante Bitelchús, del desgraciado Ed Wood, o aquel Batman atormentado que propuso uno de sus actores fetiche, Michael Keaton. Podríamos estar discutiendo de Tim Burton, durante 55 días, pero amiguitos, no hay tiempo ni espacio suficiente en esta página.
'Sombras Tenebrosas' no es uno de sus mejores trabajos. Tampoco de los peores (acordaos de la infumable 'El Planeta de los Simios'). Se queda a caballo entre ambos. Buena fotografía y composición, utilizando mucho contraste entre luces y sombras, colores fríos, que nos distancian de una familia de freaks, en plena decadencia, fuera de su tiempo. Mucha profundidad de campo, buenas interpretaciones, pero una trama que no llega ni a emocionarnos, ni a hacernos reír. Un reparto, de lujo, con Michelle Pfeiffer, que vuelve a ponerse a sus ordenes, Helena Bonhan carter o el mismísimo Alice Cooper, haciendo de sí mismo, pues a través de la música, el vestuario, y la trama, recorremos un poco el espíritu hippie de los setenta, mezclado con... El cine más gótico, tenebrista, y de serie-B... ¡Hasta aparece Cristopher Lee!. Un rollete.
Jorge Arelano
Alumno del Curso de Dirección de Cine