miércoles, 11 de enero de 2012

Crítica cinematográfica de "In time"




En ocasiones, los cineastas recurren a historias del pasado para hablarnos del presente: ('Walkiria'). Otras veces, recurren al futuro: ('La Guerra de las Galaxias'). La película de esta semana, 'In Time', pertenece al segundo grupo. El mundo sigue siendo un lugar difícil, aunque la ciencia nos haya hecho a todos más jóvenes. El dinero ya no existe, su lugar lo ha ocupado el tiempo. El tiempo es el que paga las facturas, el que nos clasifica socialmente... Y el que decide cuanto viviremos. Este cuadro cuasi-apocalíptico, enfatiza las diferencias abismales entre los de un lado y los del otro. Mientras los más pobres luchan cada día por su existencia precaria, los ricos, se aburren mortalmente en sus moradas de lujo.

Podría objetarse a este planteamiento, el ser demasiado radical o demasiado de izquierdas, no obstante, a día de hoy, los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Otro asunto es la solución que el autor nos ofrece. Demasiado peliculera. Me gusta la verosimilitud, no el exceso. Cuando Justin Timberlake, secuestra a la hija de un avaricioso magnate, y los dos juntos juegan a ser Bonnie and Clyde, me doy cuenta de que no tiene ni idea de como resolver su propio mundo.

Robar a los ricos para dárselo a los pobres, como Robin Hood, conduce al conflicto, a la violencia, a la guerra. Yo entiendo que las películas como 'Ghandi' no venden. Y que los guiones tienen que estar llenos de persecuciones de automóviles a lo 'Mad Max', partidas de póker a lo John Wayne y balazos en la cabeza marca After Effects. Pero creo que esto arruina un poco la película. Se hace un poco redundante y espesa, en el segundo acto. El final, comercial y previsible, nos deja un gustirrinín más propio de las películas salvajes de Charles Bronson, que de la serena aceptación del fatum al final de 'Braveheart', 'Ghandi', o el 'Retorno del Rey'.



Jorge Arellano

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